martes, 9 de febrero de 2016

Biblioteca Rural en la Isla de Taquile, Puno Perú



Que decir de Puno, en Perú!!!!

Si es uno de los lugares mas hermosos que me toco visitar en mi vida hasta ahora. 

El lago Titicaca es un cuerpo de agua ubicado en la ciudad de Puno  en el Altiplano andino, en los Andes Centrales a una altitud promedio de 3812 msnm entre los territorios de Bolivia y Perú. 

La isla de Taquile (donde estaba la biblioteca) estaba del lado peruano en la Ciudad de Puno y se llegaba en lancha cruzando el lago Titicaca. Según dicen del lado boliviano el lago es igualmente hermoso, solo que los alojamientos y las excursiones turísticas no están tan bien organizadas. Eso hay que verlo en persona, cosa que yo todavía no hice, así que si alguien puede compartir la experiencia seria genial.

Llegamos a esta Isla de Taquile navegando por el Titicaca en una lanchita con doce personas más aproximadamente. 

Habiendo pasado antes por la isla de los Uros a visitar su comunidad, desembarcamos en Taquile donde carecían de luz eléctrica y de todo lo que para nosotros hoy seria imprescindible.

La isla de Taquile es una isla que a pesar del paso del tiempo, no quiere comulgar con cuestiones modernas. Siguen con las mismas costumbres que cuando estaban los Incas.

Lo único que aceptan y con bastante restricciones son los turistas. 

La isla se recorre permanentemente en subida o en bajada, no hay caminos planos. Te agitas con bastante facilidad, por que estas a gran altura pero recuperas la compostura con facilidad también,  supuestamente por la pureza del aire.

Cuando subíamos, nos encontramos con la biblioteca. Estaba cerrada. Podíamos habernos quedado en una visita mas larga pero ya teníamos otros planes. Seguramente ahí podríamos haber visto la biblioteca abierta.

Lo único que pudimos apreciar desde sus ventanas (obviamente sin rejas) que la biblio esta super ordenada y muy linda.

La isla de Taquile es un lugar para no dejar de ir si uno se quiere encontrarse con la esencia real de latinoamerica. El lugar tiene una energía especial y la gente que vive en esa comunidad es increíblemente amable. 

No se puede sacar fotos, solo pidiendo permiso.

Volviendo a la ciudad de Puno la lancha hizo un acuerdo con el lago y una intensa tormenta para darnos un lindo susto. 
El viaje de vuelta se hizo eterno. 

Las olas parecían comernos sin que nosotros pudiéramos hacer nada. Tenían diez veces el tamaño de la lancha. 

Sentíamos montañas de agua que se acercaban a nosotros cortandonos la respiración y trabandonos la garganta en una angustia y temor indescriptible. Sentíamos que el lago estaba a punto de tragarnos. 

Parecía que la intencion de este acuerdo era que en nuestras venas a partir de ahora ya no corriera mas sangre, sino agua. Pero no cualquier agua, sino el agua que da vida a nuestra naturaleza, que nos deja seguir respirando, amando y  sintiendo. Ese agua que es energía y sensaciones. 

Ese agua, esa vida solo se siente en el Titicaca. 

Fue la oportunidad del conductor de la lancha para demostrar su destrezas a la  hora de maniobrar el vehículo. 

El lago quedo grabado en nuestras venas, en nuestro corazón en nuestra alma. La experiencia fue intensa por que pensamos que de allí salíamos nadando. 

Ajustamos nuestros salvavidas y fuimos pacientes. Llegamos al puerto de Puno a salvo. Después de sentir la esencia de Perú desde lo mas profundo del alma.

Sin dudarlo volveríamos  



Los uros





La isla de Taquile







  



La biblioteca en Taquile








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