jueves, 7 de enero de 2021

Aguafuertes pandémicas. Los chicos que nacieron viejos


 Los chicos que nacieron viejos 


El sábado 16 de mayo después de casi dos meses de cuarentena, se habilitaron sólo en la Ciudad de Buenos Aires las salidas recreativas para los menores de edad según número de DNI de los padres, para no agolparse a modo de horda desenfrenada en las plazas y parques, cosa que fue justamente lo que sucedió.


La consigna era salir a dar una vuelta a no mas de 500 metros de las viviendas pero lo que realmente se vio fue una manada de niños y niñas que coparon las calles con monopatines, bicicletas triciclos y demás vehículos de tracción a sangre. Que les pasara en el “mate” a esos purretes dice Roberto en su aguafuerte, yo hoy mas de cien años después me pregunto lo mismo. 


Como procesa un niño pequeño que hay afuera un enemigo invisible que nos asecha al punto de amenazarnos  con la muerte y con una enfermedad que ni los mismos adultos podemos explicar. 

Voy caminando por el micro centro y paso por la plaza de la república (nada mas lejano a una plaza de verdad) este espacio construido en el centro de la ciudad exhibe los escudos de las provincias y el obelisco, regalito de algún franchute excéntrico allá por principios de siglo. 


Pero de golpe hoy se convirtió en un lugar de juegos y esparcimiento para muchos chiquilines que necesitan respirar algo mas que la ansiedad de sus padres, 

que necesitan vivir un poco mas allá de sus neo-nervios infantiles,

que necesitan ver que nos son los únicos tienen prisión domiciliaria.


En la plaza de tribunales esta casi todo cerrado.

Lo caniles tienen llave y algunos lugares de juego esta clausurados con cintas rojas del personal de transito. 


Todos caminamos al rededor de la plaza una, dos, tres vueltas, “dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis” 

perdí la cuenta, cuantas vueltas nos falta para tomarnos de las manos en ronda y cantar

ha pero es cierto, no podemos tocarnos.


La ciudad así oscurece, con niños todavía dando vueltas por las calles como si se resintieran a dejar que el día se termine.


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