sábado, 11 de abril de 2020

Uno propone y la cuarentena dispone

Como ya deben saber (por que los he dicho en varias oportunidades) tengo una pequeña colección de libros de literatura infantil y juvenil anterior al 1950/1960 editados en su mayoría en Buenos Aires.

Hice un seminario de LIJ Arg. hace algunos años y me enamore de este tipo de libros por que aprendí que a principios de siglo no había mucha literatura recreativa (por placer) para los niños de ese momento. Por lo que al seguir investigando me di cuenta que tampoco había mucha producción o edición de libros de literatura infantil, por lo menos la literatura para la infancia como la conocemos hoy en día.

Son libros que fui comprando cuando viajo y algunos otros los he recatado de la basura o de alguna donación húmeda y amohosada que llega a la biblioteca pero siempre hay algo que se puede rescatar por que como son viejitos, ya no son atractivos a la mirada de los purretes de hoy en día.

Claramente mi colección no tiene muchos ejemplares, no son mas de 50, pero son maravillosos, publico cada tanto fotos de las ilustraciones para compartir la belleza de sus paginas y cuando tengo tiempo los leo, releo y vuelvo a leer, pero es una realidad que a los pocos clásicos que tengo, no los releo tanto por el simple hecho de que uno se sabe de memoria la historia.

Con esta cuestión tengo un libro de las mil y una noches (cuentos que tengo muy presentes) pero en esta edición nunca me había tomado el tiempo de releerlos y hoy decidí ir pagina por pagina, y uno propone y la cuarentena dispone.

Cuando andaba hojeando, encontré este regalo del tiempo.
¿Quien sabe cuanto hace que este ser sin alma esta dentro de mi libro? ¿Quien la habrá puesto allí? ¿ Para que? ¿ Por cuantas manos habrá pasado antes de llegar a mi?

Son preguntas que nunca podre responder. Pero lo que si tengo por seguro es que la naturaleza se hace presente y se habré paso aunque uno viva a tres cuadras del obelisco. Lugar que de natural no tiene nada.

Es una realidad que si en este encierro obligado uno adquiere la capacidad de emocionarse con el hallazgo de una mariposa muerta hace mas de 50 años la cuarentena sirvió para algo.




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